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Los inmigrantes en Aranjuez: acorralados por la crisis
Hace dos o tres años vivían en Aranjuez unos 9.000 inmigrantes procedentes de 90 países. Su presencia no sólo fue un factor positivo en la economía. Social, culturalmente, benefició a la sociedad ribereña que acogió a los recién llegados con una actitud bastante cordial. En pocos años la llegada de tantos extranjeros, de tantos países, podría ser vivido como una “invasión”. No fue así. Todo lo contrario. La simpatía y la empatía se impusieron. La curiosidad por el otro, por los múltiples otros, también. Margarita Yordanova, miembro fundadora de Hombro con Hombro, declaró en aquellos días felices: “Es como si el mundo entero viniera a visitarme”. Y así era, y así se escuchaba hablar en distintos idiomas, en las calles, en el mercado, en las tiendas del barrio (allí, en el trato con vecinas y comerciantes, muchos inmigrantes aprendieron los rudimentos del idioma) y en los locutorios que se abrían uno tras otro y que constituían especies de “embajadas”. Allí, en aquellos locutorios que ya no existen, los inmigrantes no sólo mantenían vivo, a distancia, gracias a Internet, el contacto familiar; también se conocían entre sí y estrechaban lazos.
La “invasión”, con ser novedosa por lo colorida y multicultural, no era la primera que llegaba a Aranjuez. Los más veteranos del lugar recuerdan que cuando en esta ciudad existían fábricas, empresas, factorías, trabajo en el campo, hasta aquí se desplazaron familias enteras de Castilla La Mancha, de Andalucía, de Extremadura y también procedentes de Madrid: vivir en Madrid resultaba mucho más caro.
La crisis cambió significativamente el escenario. Tantas personas, familias enteras que habían elegido Aranjuez, huyendo de países empobrecidos y/o en los no se respetan los más elementales derechos humanos, tuvieron que plantearse iniciar un nuevo exilio. Muchas de dichas personas, inclusive, habían podido comprarse una vivienda, escolarizar a sus hijos e hijas en la educación pública, disfrutar de una sanidad universal y gratuita, acceder a una oficina de Información para los inmigrantes que les ayudaba a solucionar trámites y orientaba en la maraña burocrática. De un día para otro, como un tsunami, la crisis se llevó por delante todos los proyectos.
La política de austeridad, diseñada por la Troika; el paro, más de 6.000 personas en la ciudad; les obliga, una vez más, a hacer las maletas. Acorralados por tantas dificultades se hace presente entonces la depresión, la melancolía, la angustia de perder por segunda vez la nueva “patria”. No tenemos datos de los inmigrantes que han decidido volver a sus países de origen o se han dirigido a otros países. Últimamente son habituales las despedidas. Compañeros rumanos de Hombro con Hombro, personas muy activas en nuestra asociación, que se van a Canadá; ecuatorianos que regresan a su país ilusionados con las promesas de bienvenida del presidente Correa; marroquíes que envían a sus familias (mujeres y niños) a casa de los abuelos en Marruecos y se agrupan en pisos compartidos para aguantar el chaparrón; búlgaros que dudan en volver a su país o dirigirse a Argentina o a Brasil. Muchas de estas familias sobreviven actualmente gracias a la solidaridad. Encuentran alimentos básicos en Cruz Roja, en Cáritas, en asociaciones de vecinos como la de la Glorieta del Clavel y otras ¿Cómo explicar que en España millones de personas no tengan qué comer?
La destrucción del Estado de Bienestar incluye el desmantelamiento de la Sanidad Pública. El Derecho constitucional a la salud se ve amenazado día a día. La amenaza es general, para todos, pero afecta especialmente a los inmigrantes que no tienen regularizada su situación o han perdido dichos derechos al quedarse sin trabajo y sin contratos. La retirada de la Tarjeta Sanitaria a 817.000 extranjeros (datos del Ministerio de Sanidad) ha significado una especie de “condena a muerte” una flagrante y punible “denegación de auxilio” (se ha dado, en Baleares, el caso de un inmigrante africano enfermo de tuberculosis, que ha muerto por no recibir atención médica ) . Se los excluye de la Sanidad y también de la Educación al eliminar a los docentes de apoyo que facilitaban la “adaptación” de los niños/as extranjeros/as… Las ayudas sociales han desaparecido o son mínimas. Hay que tener en cuenta que muchas familias de inmigrantes tienen más de tres hijos y así aseguraban el sostenimiento demográfico de España (e incluso el pago de las futuras pensiones) impidiendo que este país se convierta en un país de ancianos.
Hombro con Hombro sigue haciendo todo lo posible para mitigar este drama y trata de coordinarse con los nativos-ribereños-arancetanos que se organizan y luchan contra una política que pretende que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres.
Asociación de Inmigrantes
Hombro con Hombro
Aranjuez
Este articulo aparte de una ofensa para cualquier español no tiene fundamento alguno,
primero si en una poblacion de 40.000 habitantes dicen que 10.000 inmigrantes no es una
«invasion» en el buen sentido, mal vamos …
Una sanidad publica y universal? perdone pero yo solo conozco la sanidad publica que pagamos todos los trabajadores españoles para que reciban ayudas ustedes.
Las ayudas a inmigrantes han desaparecido? Ustedes ven en las noticias cuantas familias
españolas no tienen para comer ni para vivir, por falta de un trabajo en su propio pais mientras algunos inmigrantes lo hacen por la mitad de precio?
Asegurar el sostenimiento demografico de la ciudad? Si un español hoy en dia no puede permitirse tener 1 solo hijo por no poder alimentarle, mucho menos tiene para ayudar a una
familia de 5 personas que viene a su pais a quitarle el trabajo por la mitad de precio … muchos españoles preferimos un «pais de ancianos» que un pais superpoblado hundido
en la miseria.
La constitucion española promete una vivienda digna a todo ciudadano español, si no se cumple con los españoles, no esperen ustedes ayudas de este gobierno de ricos y para ricos, pero recuerden que los españoles curritos de a pie no tenemos la culpa.