GACETAS LOCALES
Por : Leticia León
Alfonso lleva tres años trabajando para Asisí y, desde el último, en Puente de Vallecas. (Foto: Nacho H. de Alba)
Sólo lleva un año trabajando en Puente de Vallecas, pero la Asociación Solidaria para la Integración Sociolaboral de Inmigrantes (Asisí) tiene más de siete años de experiencia en Madrid. El principal objetivo de Asisí es lograr una buena integración social y laboral de los inmigrantes que llegan a nuestros país, sensibilizar a la sociedad de acogida y educar a los recién llegados para integrarse en la sociedad española.
Alfonso lleva ya tres años al frente de la asociación. Este mexicano licenciado en Ciencias Políticas llegó a Canarias hace diez años para visitar a un amigo. Finalmente se quedó un año trabajando en las islas y después hizo un posgrado en Madrid. Conoció Asisí gracias a una amiga que trabajaba como voluntaria y, desde hace tres años, se dedica en exclusiva a la asociación, que además “es un trabajo afín a mi formación”, afirma.
La principal función de la asociación es formar a los inmigrantes y asesorarles tanto en la búsqueda de empleo como la regularización de su situación. Por las tardes, ofrecen cursos de informática básica y de español. Además, trabajan con mujeres, sobre todo marroquíes, para que puedan orientarse hacia otros sectores laborales, además del de servicio doméstico. Intentan que estas mujeres se incorporen al mercado laboral para que sean independientes y que se integren en las actividades de sus barrios con la población autóctona. Además, Asisí trabaja en red con otras asociaciones y está en contacto con empresas privadas que pueden necesitar trabajadores.
Pero para que todo esto funcione es importante empezar desde la base, sensibilizando a la sociedad, para evitar problemas de racismo. Y los primeros son los niños. Asisí organiza charlas y jornadas interculturales en colegios públicos, actividades deportivas con menores tutelados, encuentros, conciertos…
Integración
Alfonso está convencido de que una de las funciones más importantes de la asociación es lograr que los propios inmigrantes se integren en la sociedad que los recibe. “A veces los inmigrantes tendemos a los guetos y a confiar solo en los nuestros”. Se ha encontrado con situaciones difíciles en las que cada logro ha sido una alegría. “El colectivo marroquí llega aquí y mantiene la mentalidad de su país –explica–, las mujeres dependen de sus maridos, no tienen estudios y muchas tampoco saben hablar español”. Para Alfonso, trabajar con este colectivo es muy enriquecedor y, “por ejemplo en Latina ya hay un grupo de unas 10 o 15 mujeres que entran dentro de las actividades del barrio”.
“Trabajar ayudando a la gente día a día es muy enriquecedor”, comenta Alfonso. Y cerca de 1.500 inmigrantes se benefician cada año de los programas de la asociación, desde asesoramiento sanitario y jurídico, hasta formación, pasando por intérpretes que les ayudan cuando aún no conocen el español.