El ministro francés del Interior, Brice Hortefeux, hombre condenado en los tribunales por «injurias raciales», defendió ayer ante el Senado una reforma del Código de Extranjería que supone una nueva vuelta de tuerca al «cerrojo» impuesto por Nicolas Sarkozy a los inmigrantes. El texto prevé ampliar de 32 a 45 días el plazo de retención en un centro de internamiento a los extranjeros expulsables, acercándose a la cifra española de 60 días. Asimimos, estipula que Francia podrá crar «zonas de espera temporales» allí donde llegue un grupo de indocumentados, espacios donde no se aplicará el derecho de suelo que normalmente permite pedir asilo o recibir asistencia legal.
El ministro intenta así evitar que se repita en el futuro la afrenta que sufrió su presidente, Nicolas Sarkozy, en 2009, cuando llegaron a una playa más de 120 inmigrantes clandestinos kurdos. Como la policía les bloqueó para intentar impedir que presentaran asilo, y buscó la expulsión exprés, las redes de protección de los sin papeles lograron obtener una condena judicial contra el Estado francés, y la puesta en libertad de los kurdos. La mayoría logró así seguir en Europa.
El texto contiene además la polémica disposición en virtud de la cual se podrá retirar la nacionalidad francesa a toda persona que tenga doble nacionaldiad desde hace menos de diez años, y que sea reconocida culpable de una tentativa de agresión contra un depositario de la fuerza pública. La medida es muy criticada por las asociaciones porque crea la figura de franceses de primera y de segunda categoría, en función de que su nacionalidad sea de nacimiento o adquirida.
Fuente: Publico.es