Diario de un Estudiante: el metro de Madrid, más que un transporte


logodiarioestudianteErika Urbáez, la chica venezolana que estudia un Máster en Marketing en Madrid por la Escuela de Formación de Formaselect, nos cuenta sus experiencias en Madrid, a través del blog diariodeunestudiante.es

La gran esfinge se asoma y se muere por entrar, la estatua de la libertad se arrodilla y cae ante sus encantos, es la publicidad del metro de Madrid, el que todos quieren, según dice su slogan.

Son 12 líneas que recorren toda la ciudad, unidas a las tres de la red de metro ligero (tranvía), a un ramal (Ópera-Príncipe Pío) y a los trenes que comunican con pueblos aledaños y con otras ciudades españolas, así como con intercambiadores de autobuses que van a todas las poblaciones cercanas.

Dónde ir, qué obra de teatro ver, cuál es el lugar más barato para comprar o qué libro leer, todas estas dudas se disipan entre estación y estación con vallas dispuestas para poner al día a todos los usuarios, se suman un canal de TV que da cuenta de las noticias más importantes del día y los periódicos gratuitos que se reparten como pan caliente.

El metro también es un indicador de cómo se divierte un adolescente madrileño, al que jamás le falta el viernes en la noche una botella de cerveza de un litro, unos panes y mucho jamón colgando del brazo en una bolsita plástica, mientras abordan en la estación Gran Vía, prestos para encontrase con sus amigos en algún otro punto de las 12 líneas.

No sé como será en otros países, pero en el metro de Caracas, por ejemplo, no se permite comer; en las estaciones de aquí hay hasta máquinas expendedoras de snacks, refrescos, agua, chocolates, chiclets y tarjetas telefónicas.

En la estación Plaza de Castilla, por mencionar alguna, hay un café, así los pasajeros pueden desayunar camino al trabajo; un locutorio, por si se te olvidó llamar a tu madre; una tienda de complementos, por si se te rompe una media panty- esos accidentes siempre nos pasan a las mujeres- y otras tiendas, lo justo para solucionar pequeños problemas cotidianos.

Los vagones del metro deben ser el salón de lectura más grande de Madrid y, para compensar esto, existe un servicio de préstamo de libros llamado Bibliometro, ubicado en las estaciones Nuevos Ministerios, Canal, Aluche, Moncloa, Sierra de Guadalupe, Puerta de Arganda, Embajadores, Mar de Cristal, Carabanchel Alto, Chamartín y Puerta del Sur.

Imaginen que el primer espectáculo que vi al llegar fue en el metro. Era el festival flamenco, para el cual dispusieron una tarima en la estación Chamartín. Allí puede disfrutar del encanto de Diego «El Cigala», todo esto por la módica suma de cero euros. También fue lo primero que vi de la ciudad cuando llegué. Se pasa del aeropuerto al metro sin tener que salir a la calle, pues hay estaciones dentro de los terminales de Barajas.

En fin, una maravilla, que recorre Madrid diariamente entre 6:00 a.m. y 1:30 a.m. Son 281,58 km de rieles, más un espacio en internet (http://www.metromadrid.es), en el cual se pueden consultar trayectos recomendados para llegar más rápido e imprimir el plano, por si perdiste el impreso que colocan en cada estación. El metro de Madrid está calificado como el tercero del mundo en longitud, antecedido por los de Londres y Nueva York, respectivamente.

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