Lo ha denunciado la presidenta de la asociación Córdoba Acoge, Gabriela Steint, que asegurando que este fenómeno supone «dar pasos para atrás en derechos humanos». Así lo ha manifestado a El diario de Córdoba:
La crisis económica ha hecho aflorar entre la población unos sentimientos que han permanecido ocultos o dormidos durante los años de bonanza económica. Y, entre ellos, uno de los que está experimentando una proliferación preocupante es el racismo; es decir, el rechazo ante la llegada de personas inmigrantes de otras razas en busca de una vida mejor. Así lo ha detectado durante los últimos meses la Asociación Córdoba Acobe, cuyo trabajo se centra en la ayuda de las personas inmigrantes que llegan a la ciudad. Según su presidenta, Gabriela Steint, son muchos los ciudadanos que en la actualidad «están tomando como excusa la crisis económica para respaldar los episodios racistas o xenófobos que se producen a menudo».
Este «retroceso«, supone, según Steint, «dar pasos para atrás en derechos humanos«. Las muestras más significativas las ha detectado la asociación en internet, donde «cada vez son más comunes comentarios que atentan contra las personas llegadas de otros países». En este sentido, la presidenta de Córdoba Acoge insistió en que la población toma como excusa la difícil situación económica por la que atraviesa el país «para culpar a los inmigrantes de que se están quedando con sus puestos de trabajos o de que cuentan con más beneficios a la hora de adquirir una vivienda de protección oficial«. Este discurso, según Steint, cada vez está teniendo más éxito, a pesar de que «está basado en unos rumores que son totalmente falsos, puesto que los inmigrantes son personas con los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro ciudadano».
Córdoba Acoge conoce bien la realidad de las personas inmigrantes que llegan a la provincia, pues cada día pasan por sus oficinas decenas de personas en busca de asesoramiento y consejo. El equipo de profesionales con el que cuentan en estos momentos se encarga de informarles de ofertas de empleo, de cómo hacer un curriculum, de cómo solicitar una vivienda de protección oficial o de qué vía deben de seguir para conseguir la nacionalidad española. No obstante, la mayor preocupación de Córdoba Acoge no se centra en sus nuevos usuarios, sino en los que vuelven a la sede «después de llevar varios años sin pisarla», explica Steint. Durante los últimos tres años han regresado a la asociación personas que se encontraban asentadas en la capital cordobesa, ya que habían conseguido un trabajo digno e, incluso, traer a sus familias de sus países de origen. Todo ello se debe básicamente al aumento del desempleo, que castiga con especial crudeza a este sector de la población. Para ellos, de hecho, el problema es peor si cabe que para los nacionales, puesto que no contribuir a la Seguridad Social supone «perder los papeles que les permiten vivir en España de forma legal».
Las asociaciones como Córdoba Acoge también han detectado cómo desde el último trimestre de 2007 las personas inmigrantes se están viendo sometidas a unas mayores exigencias que las de la población española a la hora de conseguir un empleo. Incluso sostienen, tal y como explicó su presidenta a este diario, que «son muchos los empresarios que se están aprovechando de su desesperada situación para beneficio propio». El mecanismo más empleado, según relatan, son los contratos basura a través de los que consiguen una mano de obra barata y que además le supone muy poco coste para la empresa. «Siempre tenemos que estar muy alerta de las ofertas de empleo que nos llegan para ofrecerlas a nuestros usuarios porque se ha incrementado de una forma bestial el número de propietarios de negocios y empresas que tan solo quieren explotar a las personas que llegan de otros países para encontrar trabajo», explican.