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Gonzalo Castillero está al frente de un interesante blog llamado Hablando de Inmigración. Os recomiendo sinceramente seguir este blog que afronta, desde una perspectiva crítica, distintos temas sobre la vida de los inmigrantes en España.
El artículo de hoy, titulado Algunas trampas contra la inmigración, crítica abiertamente cómo se está achacando como parte de los males de España a la llegada de inmigrantes en años pasados para cubrir la demanda del mercado laboral.
Os dejamos el artículo.
Algunas trampas contra la inmigración
En los últimos días hemos vuelto a tener un par de ejemplos de cómo se convierte a los inmigrantes en los chivos expiatorios de la crisis económica. Por desgracia, los intentos por culpar a los últimos en llegar de la situación actual calan entre la sociedad, seguramente porque los mensajes proceden de fuentes en teoría fiables, como es el propio Gobierno de la nación. Sin embargo, no forman parte más que de una estrategia bien orquestada, en la que se manipula la realidad al antojo de los intereses políticos. Analicemos sólo un par de muestras.
Juan Rosell, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) -la patronal, vaya-, se quejaba de forma amarga la semana pasada de que haber abierto la puerta a la inmigración cuando la tasa de paro en este país estaba baja está dificultando ahora la recuperación económica. Concretamente, soltaba la siguiente perla: “Hace unos años, en España teníamos un paro del 8% y los empresarios prácticamente no teníamos oportunidades de contratar. Entonces abrimos las puertas y durante una serie de años entraban en España cada año alrededor de 500.000 o 600.000 no nativos. Eso fue un problema y hoy, visto en perspectiva, se ve claramente”. Y se quedó más ancho que largo.
En primer lugar, da la sensación de que el líder de la patronal se piensa que vive en un Estado feudal, en un castillo en el que se abren o se cierran las puertas a criterio de un señor, sin darse cuenta de que vivimos en un mundo globalizado en el que los seres humanos se desplazan en función de sus propios intereses con total libertad, en busca de nuevas oportunidades. Pero lo peor de todo es que las declaraciones de Rosell están basadas en una absoluta incoherencia.
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Juan Rosell, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) -la patronal, vaya-, se quejaba de forma amarga la semana pasada de que haber abierto la puerta a la inmigración cuando la tasa de paro en este país estaba baja está dificultando ahora la recuperación económica. Concretamente, soltaba la siguiente perla: “Hace unos años, en España teníamos un paro del 8% y los empresarios prácticamente no teníamos oportunidades de contratar. Entonces abrimos las puertas y durante una serie de años entraban en España cada año alrededor de 500.000 o 600.000 no nativos. Eso fue un problema y hoy, visto en perspectiva, se ve claramente”. Y se quedó más ancho que largo.
En primer lugar, da la sensación de que el líder de la patronal se piensa que vive en un Estado feudal, en un castillo en el que se abren o se cierran las puertas a criterio de un señor, sin darse cuenta de que vivimos en un mundo globalizado en el que los seres humanos se desplazan en función de sus propios intereses con total libertad, en busca de nuevas oportunidades. Pero lo peor de todo es que las declaraciones de Rosell están basadas en una absoluta incoherencia.
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Interesantisimo…
Gracias por esta nota…
Muy bueno ese blog